Colores
A muchos pasos de distancia del pozo que marcaba el centro de Mundo Burbuja se encontraba la aldea de Monocroma, un excéntrico lugar donde los colores estaban prohibidos. Cualquier visitante ocasional debía, como bien supondrán, vestir riguroso blanco y negro. Mas no acaba aquí la rigurosidad de la norma, pues en Monocroma no se podía sangrar, sacar la roja lengua o abrir los ojos en caso de carecer de oscuridad suficiente. Dicen que tan curioso reglamento lo impuso el primero de sus alcaldes que, envidioso de sus gobernados, nunca reconoció su daltonismo. Aunque nunca llego a la aldea la televisión en color, el cielo siguió siendo azul.
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