Observadores
Marcos miraba el vuelo de las gaviotas todos los días, maravillándose de nuevo, como el primer día, con los deslizamientos de las aves sobre el flujo invisible. Podía pasarse horas así, embobado, abandonando el trabajo a un futuro venidero.
Allá, en el cielo, las gaviotas observaban, día tras día, al extraño mamífero que nunca apartaba la mirada, como si entendiera el auténtico significado de su vuelo. Podían pasarse horas así.
El pintor del lugar, Argos, rezaba porque las gaviotas siguieran surcando el cielo, porque el joven siguiera apareciendo todos los días para observarlas.
Al fin y al cabo, debía acabar un cuadro.
1 Comments:
Hola...pasaba x aki...;-)
4:10 p. m.
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